Otro de los grandes platos de la cocina asturiana y que tan de moda está últimamente, el cachopo. Dos filetes de ternera y entre ellos, como si de un bocadillo se tratase, jamón y queso. Todo ello empanado y luego frito. Un escándalo vamos.
Actualmente existen muchísimas variantes de cachopo hechas con pollo, cerdo e incluso pescado, y rellenándolo con setas, gambas, pimientos,…, lo que se te pueda ocurrir.
Y quien no haya estado en Asturias y se haya sentado a comerse uno de esos cachopos kilométricos entre unos cuantos amigos acompañado de unas buenas botellas de sidra, no ha vivido uno de esos buenos momentos que tiene la vida 🙂
Dicen que el origen del cachopo se debe al aprovechamiento de esos filetes de peor calidad, de modo que ganasen en sabor. No sé si será así o no, pero sea cual sea su origen, bendito el momento en que a alguien se le ocurrió.
Así que pasemos al meollo del asunto y muy atentos, porque es bastante sencillo y merece la pena el pequeño esfuerzo.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de realizar esta receta y que pueden variar en función de los gustos.
Nosotros vamos a hacer cachopines, es decir cachopos de ración, por la mayor facilidad a la hora de su manejo. La parte de la ternera elegida ha sido cadera. Vamos a utilizar queso manchego curado. Y el jamón es serrano en lochas finas. Todas estas cosas podéis modificarlas a vuestra elección.
Ingredientes:
- 1 filete de ternera fino, queso, jamón, harina, huevo, pan rallado, sal y aceite.
- Cogemos el filete y con un mazo o piedra (yo he usado el culo de un vaso de cristal) lo golpeamos con el objetivo de ablandarlo y aplastarlo. Ten en cuenta que al final el filete quedará más grande que como era inicialmente.
- Lo partimos en dos partes simétricas, de modo que al poner una sobre otra casen lo mejor posible.
- Sobre una de las mitades cubrimos primero con queso y luego con jamón. Tapamos con la otra mitad del filete.
- Para que resulte más cómodo su manejo y no se desmonte, yo suelo utilizar un par de palillos para dejar fijo el bocadillo que hemos hecho. Así que atravesamos con cada palillo los dos filetes de ida y luego de vuelta. Una vez fritos los retiraremos para que no molesten.
- Ahora lo empanamos. Primero salaremos levemente, luego lo enharinamos, lo pasamos por el huevo batido y por último lo rebozamos bien por el pan rallado. En la primera foto de más abajo puedes ver como quedará.
- Ya sólo quedaría freirlo con el aceite caliente a fuego alto (8.5/10). Cuando esté dorado por el lado inferior le damos la vuelta para que también se dore el otro lado.
- Lo sacamos y lo ponemos sobre papel de cocina para que escurra bien el aceite sobrante. Quitamos los palillos.
Y así quedará tras freirlo. Lo hemos acompañado de una ensalada de lechugas variadas y granada. Pero una patatas fritas o a lo pobre o unos pimientos fritos tampoco le van nada mal.
Maridaje:
Pues que mejor que acompañarlo con una buena sidra natural, un trago fresco que a mi parecer limpia perfectamente y compensa la potencia del cachopo. Una sidra que a mi me gusta bastante y compro siempre que tengo ocasión es la Sidra Trabanco. Si tenéis oportunidad probarlo con ésta.
Espero que lo disfrutéis porque esto es un plato para homenajearse uno mismo a lo grande 🙂
La semana que viene le hago un cachopo a mi marido.
Bien dicho!!! 🙂
Estupenda explicación.
Gracias Guillermo. Un abrazo.